Invertir en oro se considera una de las alternativas más rentables para los ahorradores pequeños y moderados, ya que asegura un aporte inicial relativamente pequeño con la posibilidad de un crecimiento notable en los ingresos.
Como ocurre con todas las decisiones financieras, se considera que el estudio adecuado del contexto económico y el análisis de la situación política local son variables cardinales en el momento de optar por una u otra inversión.
Una vez evaluado el entorno financiero, es posible definir el camino hacia la adquisición de una reserva de gran solidez. El oro representa sin dudas una posibilidad apropiada por múltiple motivos.
El principal beneficio de la inversión en oro es su capacidad de mantener la rentabilidad a lo largo de las décadas. Aunque muchos países centrales han abandonado el patrón oro para la valoración de sus monedas, se reconoce que este metal es un símbolo financiero y un recurso de almacenamiento en los cinco continentes.
Otra virtud indiscutida es su perdurabilidad en forma independiente de la cotización variable de las diferentes divisas a nivel mundial. Ya sea en forma de lingotes o bien como monedas específicas, el oro conserva su valor año tras año.
A estas ventajas debe agregarse la tendencia alcista de la cotización formal del oro en los mercados europeos, asiáticos y americanos que se ha verificado en los últimos tiempos, como consecuencia del posicionamiento de ciertos bienes efímeros, como las commodities, y la depreciación del dólar estadounidense como moneda de referencia ya no sujeta al patrón oro.
Por lo tanto, invertir en oro es un recurso simple y eficaz para los ahorradores de todo el mundo.